viernes, 17 de enero de 2025

Exposición LA POSIBILIDAD DE UN LUGAR. Galería Bibli. Santa Cruz de Tenerife. Enero-febrero 2025

lunes, 13 de enero de 2025

El archivo que persiste, el individuo que se desvanece.

 



 

A Carmen Caballero

El archivo es lo que queda, la huella tangible de lo que alguna vez fue, mientras el individuo —con su fragilidad interna— desaparece. En las grandes composiciones en el suelo, hechas de material médico-quirúrgico, se manifiesta una paradoja: herramientas diseñadas para preservar la vida se convierten en los vestigios que narran. Encapsulando un relato.

La composición en el suelo es, por tanto, un vestigio simbólico, una cartografía de ausencias que sugiere la presencia que alguna vez habitó esas herramientas. Es una imagen que nos enfrenta al paso del tiempo, a la fragilidad del cuerpo humano y a la permanencia silenciosa de los objetos que una vez estuvieron al servicio de la vida. A su disposición, el material quirúrgico se transforma en un testimonio, un lenguaje mudo que revela tanto los cuidados prodigados como la inevitabilidad de la pérdida.

El archivo, como concepto, adquiere aquí un carácter casi sagrado. Es la memoria hecha objeto, el puente que conecta lo efímero de la existencia con lo permanente de la materia. Sin embargo, el archivo no es inocente; lleva consigo el peso de lo que ya no está. Las herramientas quirúrgicas, dispuestas con cuidado, recuerdan la intervención humana en un intento por sostener la vida, pero también su incapacidad para evitar lo inevitable: la desaparición. Las herramientas quirúrgicas, frías y meticulosas, permanecen como testigos silenciosos de un momento de lucha, de una esperanza puesta en detener el tiempo. Sin embargo, en su disposición actual, ya no son instrumentos de salvación, sino símbolos de ausencia, recordatorios de la fragilidad de la existencia y de la permanencia inerte del archivo.

Este acto artístico plantea preguntas profundas sobre la memoria y el olvido. Si el material queda, ¿qué sucede con las emociones, los gestos, las palabras que se diluyen con la ausencia del individuo? ¿Es el archivo suficiente para preservar lo que fuimos, o solo un eco incompleto? En esta tensión radica la potencia de estas composiciones.

En su inmovilidad, estas piezas sugieren una verdad ineludible: lo inanimado persiste, mientras la vida se desvanece. Sin embargo, en su disposición cuidadosa, también existe un acto de resistencia, una intención de transformar el recuerdo en un lenguaje material que dialoga con el tiempo. Lo que queda no es la vida en sí, sino su rastro, un eco que desafía al olvido y convierte el archivo en una especie de refugio, un lugar donde la ausencia encuentra forma.