jueves, 9 de marzo de 2017

Vídeo VIAJE A TIAWANAKU. Producido para la Bienal de Arte Internacional SIART de Bolivia



 
 

Viaje a Tiawanaku es un homenaje a Marisa Naranjo de la Coba, madre de Francis Naranjo (fallecida en 2015 tras larga enfermedad), que se transforma en homenaje a todas las madres. Marisa Naranjo nunca salió de las Islas Canarias, siempre viajó a través de la memoria de los otros. Su vida fue singular: su separación matrimonial, abandonando a su marido embarazada de su único hijo y en plena dictadura franquista, le obliga a vivir con unos amigos (en Santa María de Guía) porque su situación le impide contar con el apoyo familiar. Una España pobre, rural y de moral hipócrita hace que su hijo sea su única obsesión.
Este vídeo se convierte en diferentes viajes. uno sensorial e iniciático, donde la banda sonora, las imágenes y el poema se funden para ayudarnos en ese desplazamiento al que nos conduce la condición humana a través de sus emociones; otro, el físico y tangible. Marisa, tras su fallecimiento, hace su último viaje a vivir la experiencia de Tiawanaku (Bolivia). Esta vez viajan sus cenizas para reanudar el periplo a través de nuestra memoria. Donde nos esperará para continuar el ciclo vital. 

Viaje a Tiawanaku (Journey to Tiawanaku) is a tribute to Marisa Naranjo de la Coba, Francis Naranjo’s mother (who died in 2015 after a long illness), which becomes a tribute to all mothers. Marisa Naranjo never left the Canary Islands, she always travelled via other people’s memories. She led a remarkable life: her separation from her husband, whom she left while pregnant with her only child and amidst Franco’s dictatorship, meant she had to live with friends (in Santa María de Guía) because her circumstances prevented her from seeking the help of her family. A rural Spain immersed in poverty and a hypocritical morality meant that her son was her only concern.
This video presents distinct journeys: a sensorial and initiatory one, where the soundtrack, images and poetry merge to help us on this passage which the human condition guides us on through its emotions; and another, physical and tangible. Following her death, Marisa embarks on her last voyage to experience of Tiawanaku (Bolivia). This time, it’s her ashes which travel, to resume the journey by way of our memory, where she awaits us to continue with the cycle of life.