sábado, 2 de abril de 2022

LA POSIBILIDAD DE LA MÁSCARA BLANCA. Casa África. Las Palmas de Gran Canaria. España

Enmarcada en el contexto del proyecto MÁSCARA MIGRANTE Francis Naranjo presenta esta vídeo-instalación del 2 de abril - 25 de mayo del 2022 en la Sala Sahel de Casa África.

La posibilidad de la máscara blanca. 2021/22

 

Partiendo de la idea que la historia del arte nos indica que las diferentes fases de su desarrollo, concretamente desde el inicio del siglo XX, han ayudado a la ruptura que lo separa de casi 400 años de continuidad histórica, lineal y progresiva, y que esta ruptura no se refiere a un mero cambio de estilo artístico, sino a algo más importante, como es la refundación del arte: lo que ha dado lugar a otra cosa, que seguimos llamando arte; curiosamente esto surge desde el propio contexto del arte occidental. Estos experimentos no culminaron en esa y única gran verdad que buscaba el arte. Transformándose en esa otra cosa que multiplicó las posibilidades de hacer "arte" y de pensarlo.

Digamos que estas premisas han ayudado a que nos podamos acercar a otras propuestas que ya no provienen de la hegemonía occidental, existiendo una fractura en lo normalizado. Estas fracturas igualmente se multiplican ya no desde el pensamiento artístico, sino que se amplían al pensamiento social y político, con todo lo que conlleva en esta situación de confusión generalizada.

La posibilidad de la máscara blanca se presenta como una mesa de discusión que alberga su propia cárcel. Sobre ella se dispone una composición de elementos que reflexionan sobre lo indígena (y su manipulación occidental), sobre los "otros", sobre la condición humana, sobre la contaminación, el extractivismo, el suvenir, migraciones, y sobre todo poniendo sobre la mesa la fractura que nos separa (Diferentes células del organismo activan sus mecanismos para crear una unión entre los dos extremos del hueso. Además, crean un callo externo e interno de tejido fibroso y cartílago: Quizás debamos pensar el criterio de las leyes naturales para adecuarlo a nuestra modo de pensar).

La mascara es un mecanismo de escape, desde lo ritual hasta lo representacional, que nos ayuda a acercarnos a modelos diferentes de entender lo social. En esta propuesta utilizamos dos máscaras: Una del continente africano: Ghana; y otra del continente sudamericano: Bolivia. Ambas dos nos remiten a pensamientos ancestrales. Migraciones las relacionan en sus intenciones.

Esta mesa-cárcel es el detonante, se complementa con un trabajo videográfico que toma esta propuesta para cerrarla con la acción de tres migrantes sub-saharianos que se recoge en TV anexa.

La máscara de la tribu Ashanti de Ghana (presente en la mesa) son a menudo parte de un traje ceremonial y se usan en eventos religiosos y sociales para representar los espíritus de los antepasados. Estos rituales son a menudo agrícolas para alejar a los malos espíritus y obtener buenas cosechas. Encarna a las fuerzas de la fertilidad, fecundidad y crecimiento.

La máscara de los Abuelos (Bolivia, Chiquitanía) si bien no se sabe con certeza su origen, la tradición señala que era una forma de burla que los mayores de San José utilizaban con los jóvenes chiquitanos, que seguían las enseñanzas de los recién llegados misioneros jesuitas. Era la forma como intentaban disuadirles a que abrazaran las nuevas costumbres y también de asustar a los más pequeños que se acercaban, seducidos a escuchar los acordes barrocos con los que se evangelizaba.

La posibilidad de la máscara blanca se nos presenta como ritual donde son diferentes las fracturas sobre las que reflexionar, sobre todo desde el fracaso del modelo occidental y la necesidad de replantearlo a través del ritual y de nuestros ancestros.

El arte del indígena comienza en el territorio del cuerpo, escena privilegiada de sus expresiones, pero enseguida se propaga a su entorno inmediato, para sacudir de la modorra la rutina y promover en ellas el cumplimiento de sus funciones trascendentales y utilitarias, políticas y lúdicas.

Si bien en el ámbito del arte occidental moderno, forma y función son adversarias inconciliables, en el del indígena son aliadas: el trabajo estético no culmina en la revelación de la belleza.
















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